jueves, 26 de julio de 2012

Me huele

























Por las calles olía a infancia tardía
a una adolescencia temprana
A primeros encuentros
y a los desencuentros
A mi primer amor
y a mi primer amigo
y al primer corazón roto
y también quizás al último

Olía a sangre derramada en un alma pura
y a las flores frescas de la primavera
que llegan con toda la humildad
del amor más sincero
Olía a madres de hijos
que piensan no necesitar a sus madres
A olvidos y a amistades abandonadas
perdidas en algún lugar del alma

Las calles olían a sensaciones que fueron enormes
y ahora descansan pequeñas, en algún rincón lejano
de un pasado cercano
A rejas oxidadas de ventanas cerradas
y a siesta y a paella
y al tinto veraniego aguado con hielo
Olía al cuero de un balón, caliente del sol
olvidado en la quietud de la plaza

Las calles olían a sandalias y perfumes baratos
y a cabellos mojados al viento
olían a sal de mar y a sal de mesa
echada en una ensalada fresca
a vos y yo (mezclados) en la madurez del hoy
y también en la juventud del ayer
olía a la acogida de una segunda madre
y a la de un primer padre

Las calles de Palma de Mallorca huelen a vejez
y a olvido
y a la melancolía que se me forma
al sentir que algo se ha perdido
en las calles de ese lugar
que huelen a muchas cosas.

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